Un poco sobre nosotros:

Esto es un espacio de expresión donde todos hacemos lo que nos gusta y lo que mejor tratamos de hacer, no lo que mejor hacemos. Es un espacio libre y sin censuras. Un espacio donde mostramos nuestro punto de vista hacia otro cercano, distante o lejano.

Cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, cada semana, cada mes, cada año hasta...

Maldito duende

by Juanjo Lombardo


Una vez tuve un sueño muy raro. Fue hace precisamente muchos años, cuando vivía en otro lugar, detalle que no tiene importancia. Generalmente la gente sueña con cosas que asocia a premoniciones, a miedos o a deseos frustrados, ya sea por intuición propia o por un copy-paste mental de Freud. No me arriesgo a clasificar el significado del sueño que voy a contarles por falta de interés y también, por qué no, por un cierto nivel de cagazo (léase miedo).
Era una excursión, yo estaba con un grupo de gente a la cual no prestaba especial atención aunque presentía una cierta complicidad, como si fueran parientes de rostros nublados. El lugar era muy raro, estaba en penumbras y la distancia de visión era muy corta ya que la oscuridad se tragaba todo a 10 metros a la redonda. Luego llegué a darme cuenta de que en la mayoría de mis sueños (pongamos un 94,3% periódico) sea cual sea el escenario, si bien cambiaba, la iluminación era la misma, como si tuviese un foco de luz pálida encima mío que me acompañaba de sueño en sueño resaltando al protagonista. O bien soy un poco Emo, como afirma Martín, o tengo que cambiar al encargado de luces. 

El terreno era similar a una plantación y con el grupo de personas caminábamos entre pequeñas plantas enterradas en filas de tierra prolijamente separadas por un metro de nada. No me acuerdo qué era lo que estaba plantado, sólo recuerdo que era algo de color verde y poco tupido. No había un guía en el grupo, y si lo había no lo recuerdo, pero íbamos caminando por esa plantación y de repente aparece en escena un portal del estilo gótico con un ventanal enorme y me acerqué para verlo mejor.

Hastá ahí todo relativamente normal, ahora viene la parte bizarra; sobre la esquina derecha del ventanal se asomaba algo raro, como un pequeño chupacabras (descripción un poco inútil porque nadie sabe cómo es exactamente un chupacabras). Era pequeño, de mirada agresiva y estaba en cuclillas sobre el marco del ventanal mirándome fijamente. Salí cagando. No corrí, directamente desvié la mirada y regresé emocionalmente tocado al grupo de personas que no sospechó nada.

Entre el temor de volver a verlo y la desconfianza de mis sentidos, seguí caminando y más adelante, entre un par de plantas se volvió a asomar el pequeñín, esta vez de manera mucho mas turbia. Medía unos 40 centímetros, era verde y delgado, tenía el pelo erizado en mechones gordos, tipo Bart Simpson y una mirada de escándalo que remataba con dos ojos negros y profundos. No recuerdo qué vestía, aunque creo que llevaba algo de ropa, una pequeña mochila e iba montado en una patineta negra. El siniestro alter ego de Bart Simpson me miró estático y levantó un dedo acusador que apuntó hacia mí y comenzó a gritar repetidas veces: "cáncer de próstata! cáncer de próstata!".

Hay cosas muy jodidas que pueden soñarse, desde caer en sueños para despertar con esa sensación de vértigo en los límites de la cama a punto de romperse uno el omóplato contra el suelo, o soñar con ser Superman, como mi tío Sabatino que apareció por mi casa de Buenos Aires la tarde de un domíngo a contar detalladamente cómo volaba sobre valles verdes del sur de Italia, el clásico del avión que se estrella o la caída libre interminable. Muchas cosas jodidas se pueden soñar, sí, pero que un duende verde en patineta te vaticine a gritos una enfermedad terminal es demasiado.

Si bien he soñado cosas que han llegado a cumplirse, nunca me fío porque no me desperté sudado como en las películas ni siquiera me desperté en ese momento, seguí soñando misceláneas durante toda la noche y recién horas después de haberme despertado recordé el sueño y se lo conté a mi hermano. Quién sabe qué otras cosas habré soñado sin recordar, quizás en alguna hora errática de la madrugada todos hemos soñado con algún ser extrañamente familiar que nos pone una mano en el hombro y nos susurra "inmortalidad, inmortalidad" y aquí seguimos, muriendo como tontos.

2 comentarios:

  1. decime que tu amigo esta bien.. que friki!

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja, por ahora sigue bien!!!! Pero tuvo el peor sueño de su vida según él. Además hay que reconocer que te lo hace vivir cuando lees el texto.

    ResponderEliminar